Como diría la Librería Gandhi en uno de sus memes: “Es que amar y leer no es igual. Amar es sufrir, leer es gozar”. Leer es para mí, y creo que para muchos, un bálsamo de paz para la mente. Poder leer libros que nos transporten a otras épocas o experiencias es de los mejores pasatiempos, y en mi caso el mejor hábito para bajar el estrés, nutrir el alma y calmar al cortisol.
No importa el tipo de lecturas que nos guste realizar mientras no dejemos de hacerlo. El hábito de leer es muy especial porque gracias a él nuestra mente se enriquece al igual que nuestro vocabulario, y ayuda a mejorar mucho la ortografía y la redacción.
Mis mejores amigos los libros
Cuando era niña adoraba leer en voz alta, y ya después lo hacía en silencio pero lo que se creaba en mi mente a raíz de lo que iba leyendo era un mundo paralelo increíble y desde ese momento la lectura se convirtió en un pasatiempo para mí que hasta la fecha no he abandonado demasiado. Bueno, cuando desarrollé ciertos problemas psicológicos me resultaba difícil realizar algunas cosas que antes disfrutaba hacer mucho como cocinar o leer. Abría un libro y no podía pasar de la primera línea porque mi mente se encontraba en otra parte corriendo a mil por hora.
Fue difícil retomarlo, pero pude hacerlo
A pesar de no sentirme capaz de abrir un libro y ponerme a leer yo continuaba comprando títulos con la esperanza de algún día poderlos disfrutar como lo hacía antes.
Afortunadamente logré hacer que mi mente se concentrara en la lectura del libro que tenía entre mis manos y comencé de nuevo a devorar historias. Me encantan las novelas de misterio, románticas o históricas y puedo pasar inmersa en ellas horas.
Libros impresos, mis preferidos
Ahora que me encuentro sin trabajar me tuve que fijar una rutina en la que incluyo una hora dedicada a leer. Me estoy poniendo al corriente con todos los libros que compré y que no había podido ni siquiera abrir. Más que nunca la lectura se ha vuelto un gran aliado para mi mente porque me ayuda a calmarla (y a callarla un poco), me ayuda a relajarme y a concentrarme únicamente en la historia que estoy leyendo. Para mí no hay nada mejor que un libro impreso para leer. Los llamados e-books son una buena alternativa para quienes no desean acumular ejemplares o se les hace más cómodo no tener que cargarlos para leerlos, pero yo soy un poco más rústica y prefiero el libro en físico, creo que es parte de la delicia de leer un buen libro.
Leer es definitivamente terapéutico
A veces creo que es más terapéutico que una copa de vino o ver una película. Leer un libro no estresa, si acaso nos emociona cuando la historia está muy buena, pero no hace que suba el cortisol, al contrario, ayuda a bajarlo y lo mantiene quieto aunque sea por ese periodo en el que la mente solo se ocupa de lo que estamos leyendo. Además nutre el espíritu y reconforta.
Confieso que al terminar esa hora de lectura que me dedico todos los días me siento tranquila como si me hubieran dado un masaje relajante y todo se siente bien, ¿no les pasa así a ustedes?
Leer un buen libro vale la pena y es un poderoso atenuante del estrés sin importar que después todo regrese a estar como antes y el cortisol se eleve nuevamente por cualquier tontería.
Cuéntenme qué libro están leyendo en estos días o cuál les gustaría comprar y si lo prefieren impreso o electrónico.
Gracias por leerme 🙂