Así es, pandemia y sin trabajo es una combinación agridulce. Pero la que definitivamente eleva mi cortisol es el hecho de estar sin trabajo.

Llevo más de cuatro meses sin trabajo, para ser exactos el 24 de enero fue mi último día en la empresa donde laboraba. No me despidieron a causa de la pandemia porque en ese momento todavía México no tenía casos de Covid-19. Me despidieron por cul…pa de la mala racha financiera que atravesaba la empresa y pues ni hablar.

Sin trabajo y con mucho cortisol

Desde luego que en el momento en que Recursos Humanos me informó que me estaban despidiendo el cortisol se desató. De hecho tuve una sensación muy parecida a cuando sufrí aquella experiencia traumática que desató todo: sed incontrolable, riñones trabajando a marchas forzadas, y mucho miedo.

Regresé a casa como pude y hecha pomada después de sacar todas mis chivas de la oficina. Fue un momento muy triste y doloroso para mí porque ni mi jefe estuvo para darme la cara, pero bueno, ésa es historia para otro artículo.

A buscarle mamacita

Los días siguientes a mi pérdida de empleo fueron un infierno absoluto. Ataques de ansiedad diarios, a veces más de dos al día, no podía parar de llorar, perdí todo el apetito, no me quería ni mover de la cama pero dos semanas después de vivir un justo duelo por estar sin trabajo supe que tenía que ponerme manos a la obra, actualizar mi CV y empezar la búsqueda.

Tengo una tendencia a planificar todo paso por paso, es decir:

  1. Actualizar CV
  2. Reactivar las bolsas de trabajo en las que estoy inscrita y actualizarlas.
  3. Programar las alertas de empleo.
  4. Revisar diario mi correo y meterme a una bolsa de trabajo por día para revisar vacantes.
  5. Hacer esto todos los días.

Y que nos cae el chahuistle (o sea la pandemia)

La tercera semana del mes de febrero se comenzó a hablar de una posible cuarentena porque en México ya se había detectado varios casos importados de Covid-19 y antes de que nos cargara el payaso mejor decidieron comenzar a tomar medidas porque se dieron cuenta de que la cosa se iba a poner fea. El 13 de marzo se suspendieron las clases en todos los niveles educativos y a finales de marzo se suspendieron las actividades económicas de muchas empresas y negocios por ser de carácter no esencial. Comenzó la cuarentena, aunque para mi comenzó dos meses antes, jajajaja.

¿Quién rayos se iba a imaginar que esto se iba a poner tan mal?

Llega la pandemia y mi búsqueda de trabajo se complicó. De por sí no había tenido más que una entrevista, pero con la pandemia muchas empresas frenaron sus procesos de contratación.

Mi mamá se enfermó de gripa y yo estaba mega nerviosa de que fuera a ser Covid-19 pero afortunadamente no pasó de ser un resfriado común.


Mi cortisol se elevó mucho en esas semanas porque se juntó todo: yo sin trabajo, la pandemia, mi mamá enferma y sin una respuesta de cuánto tiempo pasaría para que todo se regularizara.

Qué nueva normalidad ni qué la chin….

Mi mamá se recuperó a los pocos días y fue un gran alivio. Estamos en el mes de junio y yo sigo sin trabajo con el estrés en su máximo y la pandemia, al igual que en muchos otros lugares, está más que estacionada en mi país cobrando vidas y enfermando a miles de personas.

No hay una fecha para que esto disminuya, unos dicen que agosto, otros que octubre, otros dicen que un año más, no se sabe. Lo cierto es que mucha gente se ha quedado sin trabajo o han tenido que cerrar sus negocios por falta de ganancias y eso pinta un terrible panorama para la economía del país. De acuerdo con la revista Forbes México el desempleo en México alcanzó a casi el 25% de la población.

Yo sigo postulando a algunas vacantes, pero confieso que no he encontrado mucho de lo que yo deseo trabajar: escribir. El poco trabajo que hay está muy mal pagado, te piden saber miles de cosas además de tener buena ortografía y redacción, como por ejemplo saber de marketing digital y manejo de redes sociales, analítica, métrica y otras cosas que no me tocó estudiar y de las que no tengo ni ..ta idea.

A reinventarse

Decidí capacitarme para mejorar mis habilidades y adquirir nuevas. Me metí a un Master en línea de Marketing Digital con el que estoy aprendiendo mucho sobre cómo crear un sitio (éste sitio) y otras herramientas súper útiles del ámbito digital.

Muchas personas tuvieron que emprender a través de la creación de un sitio web para ofrecer sus conocimientos transformados en servicios en línea como es el caso de Emprendimientos Digitales, un sitio de Marketing Digital creado por una mujer emprendedora que, a pesar de no tener idea de cómo hacerlo, se aventó al ruedo y lo hizo realidad. Ahora ella ofrece servicios de Marketing Digital en línea.

También está el caso de otro grupo de mamás que decidieron crear un sitio llamado Campus College cuyo objetivo es desarrollar un sistema online que las apoya en el proceso educativo de sus hijos a un precio muy accesible. Asimismo, ofrecen muchos tips para los papás que desean saber más sobre cómo educar a sus hijos desde casa.

He pensado que si no hubiera perdido mi trabajo en enero es muy probable que lo hubiera perdido en este periodo de cuarentena, así es que agradezco que haya sido antes y esté pasando este proceso sin la “preocupación” de que en cualquier momento me llamen para darme las gracias. Tampoco he tenido que lidiar con el home office.

También agradezco que la pandemia no me ha alcanzado, ni a mis familiares ni amigos, pero nos tenemos que cuidar mucho y no salir de casa si no es necesario.

Yo seguiré buscando trabajo y tratando de que mis niveles de cortisol se mantengan a raya, aunque dudo mucho conseguirlo. Espero que todos los que estamos desempleados en este momento podamos conseguir un trabajo nuevo pronto.

Gracias por leerme 🙂

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Pandemia y sin trabajo
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Quedarse sin trabajo en medio de una pandemia que ha puesto en jaque a la economía es de las cosas que eleva el cortisol de cualquiera.
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Señorita Cortisol

Soy comunicóloga, adoro escribir y leer novelas. Me encantan la pasta y las series policiacas y siempre disfruto de tomar una taza de café con mis amigas.